Ay, las traducciones.
Como Ser bilingüe por naturaleza (políglota en caso de posesión femenina -ya me entendéis-), mis cruces neuronales se han acostumbrado a realizar traducciones simultáneas galego-español, español-galego.
Una puede sobrevivir tan anchamente realizando traducciones literales de todo palabro que capta, pero... Ya sabéis cuál es el fenómeno lingüístico que ha provocado -casi exclusivamente, si no, queridos, viviríamos gracias al traductor penco de SanGoogle- la aparición de esa carrera denominada Traducción e Interpretación: las frases hechas.
Las frases hechas son polladas que al tiempo que expresan una semántica delirante con una unión de grafemas a su vez delirante muestran el folklore de la lengua maltratada/empleada. No os creáis que la riqueza de estos giros lingüísticos se queda ahí: también ostentan el grado de senectud del hablante. Vosotros mismos comprobaréis la diferencia entre "vaya muvi" o "estás como quieres".
Volviendo a mi bilingüismo, un día de aburrimiento por mi facultad decidí consultar un diccionario de traducciones de frases hechas español-galego, galego-español; y estas son algunas de las perlas que he encontrado:
Mucho para la cabeza
=
Moito para a chencha
Pareces un adefesio
=
Pareces un mollo mal atado
Donde dije "digo" digo "Diego"
=
Facer da boca cú
Quedar como a la burra las arracadas
=
Esa chambra quédache como o rabo á raposa
¡Qué elegancia tiene el gallego, que donde dice "digo" o "Diego" hace de la boca culo!
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