Así comienza esa aberración publicitaria de no sé que maldita marca de bonito enlatado. ¿En qué estaban pensando los publicistas? ¿Por qué hacen esas cosas? ¿Por qué se les permite? ¿POR QUÉ?
Lo peor de todo es que el argumento "es que un anuncio así, se te queda grabado en la cabeza" es absurdo. ¡Claro que se te queda grabado un anuncio en el que unas operarias de una conservera aparecen gritando ¡UH-AH! y diciendo que tun dun da, quete quete quete tan dun que pen! Evidentemente, también se nos quedaría marcado a fuego en las retinas un anuncio en el que apareciese el Gigante Verde sodomizando a Mimosín, pero cosas así no deben hacerse. ¡NO! Al final todo el mundo comenta el anuncio en sí y raramente la marca anunciada.
Y no vale escudarse en la "creatividad". Un anuncio es un anuncio. Una lata de atún es simplemente eso: ¡atún! No es un producto moderno y desenfadado, es atún. La gente que participa en la cadena de producción no lo hace cantando y bailando. Cuando abras la lata no va a salir un coro de chicas cantando la canción del anuncio. Es simplemente una maldita lata de atún.
P.S. No tengo nada en contra del atún en conserva, es un alimento muy saludable.
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